Mensaje de Cristina de la Concha, presidente de la Unión Latinoamericana de Escritores ULatE

Mensaje de Cristina de la Concha, presidente de la Unión Latinoamericana de Escritores ULatE

En Bolivia

Se develó la Placa en Reconocimiento al mecenas León Rengel

Tarijeño recibe Reconocimiento de la Unión de Escritores y Artistas de Tarija UEAT y la Unión Latinoamericana de Escritores ULatE

Mensaje de Cristina de la Concha, presidente de la Unión Latinoamericana de Escritores ULatE

Distinguidas autoridades, estimada concurrencia, queridos compañeros de las letras:

Buenas noches, me da un gusto enorme poder dirigirme a todos ustedes aunque sea por este medio. No me fue posible asistir este año y eso me ha pesado en el alma, pues ya me siento parte de esta Unión de Escritores y Artistas que bien dirige René Aguilera, y de Tarija misma. Estoy extrañando sus masitas y un poquito de singani.

Quiero agradecer a esta Unión de Escritores tarijeña, a su presidente, el escritor René Aguilera, a su vicepresidenta la Dra. Ma. Teresa Paz, la invitación a este 3er Encuentro Internacional de Escritores de Tarija, con el que se confirma ya su tradición y esperando tener muchas posibilidades más de asistir en el futuro, asimismo, como presidente de la Unión Latinoamericana de Escritores ULatE, agradezco a las autoridades su apoyo para esta actividad ya conocida en toda Latinoamérica, y al mecenas León Rengel por su abrazo a la literatura y a los escritores

Para mí es muy lamentable no poder estar allá ahora que nuestra ULatE ha realizado el trámite de protocolización, con el cual trabajar oficialmente en nuestros proyectos de promoción de la lectura, la literatura y los escritores. Pero sobre todo lamento no estar presente por el honor que me brindara Bolivia, no sólo de ser parte de las ceremonias de este encuentro, sino también, en esta ocasión de ser testigo, como mexicana, de la entrega de esta Placa que se devela en Reconocimiento al mecenas León Rengel por su desprendimiento en favor de la cultura y las letras tarijeñas, y poder expresar personalmente estas palabras:

Este desprendimiento que hoy se celebra con esta placa sólo emana de quienes comprenden el verdadero valor de lo material como mero instrumento de subsistencia y no como el objetivo de la subsistencia, emana de quienes comprenden que una vida plena no se alcanza con una actitud de recibir y tomar sino con la de dar y compartir, surge de quienes comprenden que vivimos en un mundo todos juntos y no separados y que por lo tanto estamos obligados a compartir y no a hundirnos en un individualismo que sólo arrastra a la soledad, porque, al final, siempre necesitamos de alguien más, incluso en nuestra muerte, alguien habrá de enterrarnos o incinerarnos.

Dar, desprenderse de lo propio no es un acto fácil, se requiere una experiencia previa que nos haga asumirnos en esa función, la experiencia de contemplarnos como seres humanos iguales todos, con los mismos defectos, los mismos errores, las mismas omisiones, las mismas necesidades, ¡exactamente las mismas!, la de sentir en carne propia que a los demás les duele lo mismo que a uno, que los demás pueden tener las mismas enfermedades, sentir a los demás como si fueran uno mismo, sentir en el propio ser lo que el otro padece. Sólo cuando se alcanza esa asunción es, entonces, que el desprendimiento deviene, solo, por inercia, fluido, fácil, sencillo, simple, sin agudos análisis, sin cortapisas.

Este desprendimiento debería contagiarse a todos aquellos que tienen la posibilidad de ofrecer algo de lo propio a la cultura, y contagiarse a lo largo y ancho de Latinoamérica, porque lo necesitamos. Porque este desprendimiento no sólo significa aportar al arte y a la lectura por contribuir a superar el número de latinoamericanos de elevado nivel cognoscitivo, no, implica también esa asunción como seres humanos todos idénticos, asunción que se requiere para erradicar la pobreza y la violencia. El día que todos comprendamos que el más pobre de su país vive y siente igual que uno mismo y que lo sintamos muy dentro, como si fuera uno mismo, entonces, ese día, dejará de haber pobreza, ese día los más ricos compartirán su riqueza y los más violentos abrazarán a sus hermanos que somos todos, pues el más rico querrá que el más pobre se sienta bien para poder él sentirse bien.

En estos momentos en que una crisis generalizada aqueja al mundo y en que países como el mío están pasando por la peor situación jamás sufrida por el alto grado de violencia y masacre, por una economía que aprieta cada vez más, y una corrupción que ahoga y está arrastrando al callejón del individualismo, es menester gritar a los cuatro vientos de nuestra Latinoamérica que existen personas como León Rengel, que sepan que sí existen, que es real, que es un tarijeño que vive en Bolivia disfrutando de uno de los mayores placeres del planeta, el de asumirse como ser humano dando y compartiendo con los demás.

Felicidades al señor León Rengel. Un abrazo grande para todo Tarija desde México, desde mi terruño Tulancingo, con mis mejores deseos de que este 3er Encuentro Internacional de Escritores Tarija 2010 sea una experiencia enriquecedora en las letras, en la amistad y en dar.